miércoles, octubre 01, 2008

Un atardecer que está en toda mi memoria


OTRO ATARDECER

Momentos callados
Rítmicos saludos de sal
Andamios parapetándose
a esperar la noche
Red irremediable de suspiros
Dibujos de contornos
sobre puentes azules
Late el amor a bocanadas
en cuasi lagunas pálidas
y quizás quietas tormentas
Materia -como al revés-
en latitudes incompletas
Y yo... entrecerrando ojos
disparo el latido tembloroso
de serranías durmientes
cual musculatura en reposo
Mesetas pardas
ventanas palideciendo
en muros imperceptibles
y hasta...
ocres y magentas a lo lejos
difuminándose en ocasos



Con la tristeza de la pérdida de un
amigo


NAE: Nicolás Acosta Espejo, quien en
esa tierra


me albergó en su corazón, cuando yo apenas depuntaba a
la vida costera...


Paz en su tumba...

y un homenaje reordando esos atardeceres

que nos gustaban tanto




Este es mi más reciente poema...
con toda la nostalgia del mar
de Santa Marta

3 comentarios:

  1. Un triste y hermoso poema, un recuerdo de alquien que se ha ido pero sigue ahí en el alma de quien le recordará junto con cada atardecer.

    Un abrazo!

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  2. Hola Francisco; tu recuerdo será imborrable como el atardecer que describes con tan hermosos versos.
    Un placer leerte.
    Te mando un beso.
    naná

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