2011, año de esperanzas en una madurez feliz: los cincuenta y cinco, acaso número cabalístico, la frontera del descanso, el cambio o el punto de repotenciación para demostrar la feracidad de la vida, de mi vida.
Tomo el pulso de los hechos y esta es la señal: una temporada de lluvias ya larga, con más de dos millones de damnificados en toda la geografía colombiana, un clima que desnuda las falencias de nuestro sistema económico, un clima que fue el causante de que la clase media no viajara como bandadas en su temporada navideña hacia el mar Caribe. Algunos, afortunados como yo, pudimos llegar a cumplir con esos increíbles rituales: presencia de atardeceres coloridamente repetidos en mis recuerdos, soles rojos y ocres sobre azules y magentas intensos en tonalidades hasta casi el negro y un dombo cielo de lienzo azul tocado día a día por mágicos pintores de cuyas manos debe nacer aquel esplendor, mis siluetas de palmeras bamboleantes al ritmo de los vientos y las tamboras caribes, el jolgorio generalizado, de la navidad al lado de mamá, de la vieja, de esa mujer llena de quebrantos que desde sus ojos y su forma enferma de luchar por la vida no sólo me sobrecogió sino que nos acogió cada que allí estuvimos, con toda la hospitalidad que una madre puede deparar, ser bello a quien amé y amo con todo mi ser, desde el solo acto de estar ahí hasta el decírselo a viva voz y demostrárselo a cada instante.
Atardecer en El Rodadero (1)
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Tal vez las pequeñas alegrías y compartires eran esa muestra para con la vida: compartir un tinto (un café negro en términos colombianos), llevar y traer agua para lavar un patio o regar un jardín o simplemente entrar la ropa para evitar que la lluvia malograra la labor, dormir juntos una siesta a todo y a cualquier hora, reírnos de cualquier ocurrencia, ver desde una terraza guarecida el paso inclemente de los ríos de agua lluvia en una ciudad que carece de alcantarillado para estos menesteres, celebrar (com-partir) las viandas esplendentes de la Navidad. En fin, estos y otros hechos sencillos llenaron casi un mes mi vida, mostrándome el lado valioso de vivirla, especialmente la semana en que hospitalizaron a mi madre con una neumonía, lejos del ajetreo y del ruido ensordecedor de palabras e ideas y éstas, hechos, como: competitividad, entrega, venta, cobro, prepago, bancos, organización, reglamentos y leyes, restricciones, horarios, citas, reuniones, orden caótico, secreto industrial, roles, deshumanización, etc., unas que crean lo que soy cuando laboralmente me desenvuelvo. Todo un mundo de contrastes para valorar lo que se va viviendo.
Atardecer en El Rodadero (2)
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Hubo espacio para las letras pero aún a las mías quise darles descanso, tal vez para que lleguen a nacer algunas nuevas y se decantaran aquellas voces que últimamente me descubrí repetidas en mis poemas, por ello no escribí... pero sí leí. Me acerqué a una serie de ensayos sobre el Marqués de Sade de Jorge Gaitán Durán (escritor colombiano), a una joya colombiana de alguien con pluma mayéstica (adjetivo tomado de la elocuencia gigante de Neruda) William Ospina en su espectacular forma de mirar al Libertador (“En busca de Bolívar”) con sus múltiples ópticas para estudira –casi que en voz alta- las facetas y voces de nuestro Libertador, con sus afugias y sus humanas formas de actuar, desde sus ansiedades, angustias, alegrías y tristezas, su pasión por la libertad. Hubo campo también para la novela, ésta sí a un ritmo lento, uno que hace que aún no la termine porque me resiento de que pueda llegara a acabarse, y ese momento hay que alargarlo en el tiempo para que el placer sea mayor, me refiero a “Ella que todo lo tuvo” de Ángela Becerra. Sobre esta autora colombiana tal vez les llegue a contar algo en un futuro, porque su forma de narrar me ha “tomado de la nariz” y me lleva en recua, especialmente para andar su ficción paso a paso de una aventura que no sé por qué creo que tiene dosis de autorretrato o de autobiografía. En estos días he retomado el rumbo de esa historia para alimentar mi alegría de ser testigo de primera fila de unas letras milmente mayores que yo.
Vista panorámica del extremo norte de El Rodadero
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Una ilustración pequeña de este murmullo que vieron mis ojos se los presento en imágenes a medida que vaya desarrollando este post, todas ellas tomadas por nosotros en Santa Marta, Colombia, bahía hermosa que me llega con sus miles de tonos como en esa canción que dice “ese morro que luce celoso, soberbio coloso a la orilla del mar”.
Bahía de Santa Marta
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Cada paso de los minutos a la orilla de este Caribe, quise hacerlo consciente de la bendición de Dios, al regalarme esto como un premio tal vez por la labor cumplida o por el simple hecho de haber estado caminando del lado del amor a todo, al trabajo, a la familia, a los amigos, a mi blog, a mi poesía, a la vida misma, a la familia, al sol, a la lluvia, en fin... a un andar agradecido de lo que tengo y soy. Todo esto sé que ha alimentado con distintos matices cada uno de mis labores y papeles o roles. Fueron unas vacaciones “largas” (valgan las comillas) pero en tiempo, iguales a las de todos los años, sólo que en la particular forma de volver evidente y consciente cada minuto y cada acto, estaba la redención al cuerpo librándolo de su cansancio y a la mente librándola de su ajetreo volcánico, para entrar paso a paso en ese camino del apaciguamiento físico, mental, anímico y espiritual que tal vez ha nutrido el ser que hoy escribe estas líneas.
Desembocadura del río Buritaca en el mar
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Cascadas de quebrada Valencia cerca al parque Tairona
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He de ver resultados ya en el reinicio de labores: trabajo de días y noches, normales o festivos, mi actitud hacia el tráfico por doquier enmarañado, cuentas de todos los órdenes por pagar, obligaciones financieras que cubrir, continuar con esa labor de guiar la familia, esa familia que cada vez me asombra más no sólo por ser mi razón de vivir sino porque está cada vez más linda, más madura, más comprensiva, más diligente, más organizada, pero especialmente –ganancia fantástica- más unida.
Atardecer en El Rodadero (3)
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Vengo entonces amigos, a retomar el deber con la convicción de que en sacarle partido a cada segundo está la clave de la felicidad, una que no es la ajena sino la propia y la cual tiene múltiples formas en función de lo que para cada uno signifique.
Por ahora amigos, los invito a visitarme a futuro porque creo que vendrán nuevas y hermosas letras que no han nacido pero que sé que llevo en mí para germinar algún día.
Vista de islote en El Rodadero
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P.D.: Recibí un regalo enorme desde Gijón, España, de parte de mi amiga Maria José (http://aguadecolores.blogspot.com), de sus manos mágicas un honor a mi ser poeta que ya cuelga en la pared lateral desde donde me dedico a escribir en mi PC, para que sea mi compañía, un poema mío hecho sobre una tela y bordado en punto de cruz... ¿No les parece excelente honor? Es un poema mío llamado “Salvador”, uno que nació hace ya casi nueve (9) años y que se me dio por publicar en febrero de 2010 en este mismo BLOG (http://poesia-letras.blogspot.com/2010/02/salvador.html). No me queda más que agradecer de forma pública mi profunda alegría y mi regocijo con este homenaje de admiración, que no sé si sea pertinente llamarlo así, ya que ello inmortaliza desde sus manos mágicas mi POEMA.
Gracias Maria José, y que Dios te bendiga todos los días, pues esa forma alegre y desinteresada con que das, das y das... será tu salvación y tendrá sus recompensas... Ilustro a continuación el hecho con esta foto.
Regalo de mi amiga Maria José
Nota: Para ver grandes las imágenes solo debes ubicarte sobre ella con el cursor y darles Ctrl+Click con el botón derecho del mouse
Hasta la próxima.
EH AMIGAZO! DE VUELTA? ME DA MUCHA ALEGRÍA QUE HAYAS REGRESADO.
ResponderBorrarUN ABRAZO AFECTUOSO DESDE MI PUERTO Y RÍO.
Bello regreso...gracias por compartir tan bellos momentos...
ResponderBorrarBesos de mi corazón al tuyo.
~Charo Bustos~
¡Una verdadera alegría tenerlo de regreso! Y adelante con esas hermosas letras.
ResponderBorrarDaniel.
Hola, hermosa e interesante entrada, bellos elogios a quien ama y sabe amar, y preciosas imágenes.
ResponderBorrarMe gustan tus letras y tus pinturas.
Sé, que tus días Navideños han sido mágicos y deseo que siga esa magia durante todos los días de tu vida.
Un abrazo.
Ambar.
Feliz de reencontrarte Francisco... de repasar de tus letras cada minuto de tu descanso.
ResponderBorrarCntrasta el olor de mar con la leña quemada que me recuerda mi navidad... fria junto al hogar...
Pero plena de moemntos familiares , de regocijo y de recogimiento.
Un abrazo.
Reme.
Una entrada rebosante de amor a la vida, a la familia, a las amistades...Que me ha hecho viajar a ese Caribe que quizá algún día pueda disfrutar con mis ojos
ResponderBorrarUna entrada con un final abrumador para mi, que me alagas por un simple detalle, tu que nos regalas las letras desde lo mas profundo que tiene el ser humano que es el alma
Besos de colores rellenos de admiracion y agradecimiento
Maria José: No era menos mi aleria que hacer público mi encanto por tu regalo para mi alma
ResponderBorrarUn abrazo
Francisco, hermoso es el contar con una madre a la que querer y agradecer..."el ser" y a la que tantas y tantas cosas nos aportó y nos aporta.Me complace leer ese amor maternal, siempre es agradable volver...a ese ambiente familiar y repetir esas labores cotidianas, dentro de ese calor hogareño que siempre llevamos y recordamos.
ResponderBorrarUn placer pasar por aquí.
Desde el blog de Mª José, amiga común, paso a visitarte, aunque ya lo hice en una o dos ocasiones.
Saludos fraternos.
Que alegría es compartir unos momentos con los seres queridos, muchas gracias por compartir esos momentos.
ResponderBorrarEl transcurro de la vida es aun mas hermosa cuando se vive cada instante como único y se puede disfrutar en la simplicidad de los momentos algo realmente divino. Saludos
~Zoraida~<3
Hola Francisco. Me encantó leer este post en donde nos contas que es lo que estuviste haciendo durante estos dias que pasaron.
ResponderBorrarSiento mucho lo de tu madre...
Y me alegro que vuelvas a las letras, que buenos libros has leido.
Bienvenido a la blogsfera nuevamente
Olá, amigo!
ResponderBorrarPassei para conhecer seu espaço...
Amei mesmo!!!
Você gosta das coisas simples como eu!...
Uma boa semana cheia de inspiração já que criatividade você já tem de sobra.
Bj♥s
Brasil ♥
♥
El recuento maravilloso y las fotos preciosas!!
ResponderBorrarEspero que tu mamá esté bien ya
El regalo.Maravilloso!!!!!
Esperaré tus poemas!!!
Bienvenido
BESOTESSSSSS
Bienvenido de nuevo al mundo de las letras, las cuales espero impaciente.
ResponderBorrarNos has traido momentos que seguro serán inolvidables, bellos momentos de tus merecidas vacaciones.
El regalo es precioso, una maravilla.
Un abrazo
Quedé maravillado con tus palabras. Y con las fotografías. Gracias por compartir esto con nosotros.
ResponderBorraresta asturiana dio con tu bloc por un casual y me fascinaron tus bellos textos e imagenes y sin esperar ser molestia se queda de tu seguidora. un besin
ResponderBorrarMe siento obsequiada por la vida al poder compartir la palabra con gente como vos.
ResponderBorrarYo no tengo a mi madre por eso adoro a los hijos que saben bendecirla.
Y seguimos entonces.
Va abrazo.
M.
muy interesante y unico sinceramente es una forma muy artistica de ver lo bello de la poecias en combinacion al arte me encanto tu blog me gustaria compartir el mio contigo http://lizziesfavoritespot.blogspot.com/ espero y tambien te hagas seguidor y comentarista al igual que yo en el tuyo bueno ps seguire echando vistasos a qui en este lindo blog espero y tambien te agrade el mio att. lizzie orozco
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