jueves, julio 21, 2022

Aún mi veleidad


 

 

 

AÚN MI VELEIDAD

 

Tienes en tu geometría del silencio

esa voz líquida que me permea

y te sé polvo, semilla, elocuencia

 

Te hablo desde el adiós y sus goteos

y me pareces evanescente y loca

porque ya no estás sino en suspiros

 

Tiemblas en mis recuerdos gríseos

y te desmoronas como arena seca

cuando podrías estar en mis arterias

 

Pronto te irás si no lo has hecho ya

a llenar tus luces con algo más

entre la ola y el mar azul...

que desde mí... aún te viven

como hoja azogada por el viento norte

 

Francisco Pinzón Bedoya ©

 

 


jueves, julio 14, 2022

Larga fila


 

 

 

LARGA FILA

 

La fila hoy de quienes se dan golpes de pecho

es un acabose de cencerros tardíos

Van abogando porque su mundo pútrido

no les cambie su trono ni sus jaranas muelle

ni su comodidad estrambótica

Verán pasar bajo el puente muchos cadáveres

hasta que vean el suyo y el de sus cofrades

Tanta lucha de camándulas y oropeles

sobre su panza hinchada y ahíta

lleva al desespero que deja a un paso

la cordura que no se merecen

En sus estertores se llevarán muchas cabezas

algunas boldas y hasta ahora silentes

como la mía que ya me cansé de callar

Al menos yo los he visto desfilar

rumbo a su cadalso inventado

 

Francisco Pinzón Bedoya ©

 

 

martes, julio 12, 2022

Del viajar distinto


  

 

DEL VIAJAR DISTINTO

 

El verdadero viajero literario es un testigo, un descubridor, un mostrador de lo no evidente, de lo que no dicen los folletos de promoción; es un relator de lo humano en cada sitio, en cada camino, en cada comarca, eso sí, enmarcado en lo histórico, lo arquitectónico, lo que ha dejado el paso de la civilización si es del caso o de lo que se adivine o explore donde haya una naturaleza prístina, pero eso sí, todo ello debe ser accesorio.

 

Este viajero está presente y registra, por encima del bullicio o del silencio, del tropel y los excesos, del respiro y el jadeo, lo que capta de las pulsiones, los deseos y las mentiras, y pone otra mirada distinta que le da lustre a lo viajado, pero en especial a la gente que hace el viaje, sin ello no hay literatura, no hay nada, sólo vacaciones.  No es una mirada totalizante ni generalista, es todo lo contrario, individualiza a Pedro o a Juan, a Lucrecia o a María, en su sentir, en su ámbito, sin alterarlo, sin transformarlo, como si él no existiera, como si fuera un espíritu puesto al servicio del registro, sin ser objetivo, ya que pone su sello en lo que narra.

 

Muestra lo que no se ve, como: el hambre del titiritero de la esquina; la noche tumultuosa del grupo de gitanos quienes con ojos inyectados en sangre buscan con qué comprar un desayuno; el señor muy gordo con un acordeón monumental en la entrada de una de las estaciones del metro, interpretando a Bach sin que le importe si la gente que pasa presurosa se detiene o no, pero con la convicción de que Bach inundará los túneles a la par de los trenes; los niños rubios sorprendidos por el regaño en otro idioma de un guardia porque están alimentando a los cisnes en un canal de una ciudad embrujada.  En fin, algo así debe mostrar un viaje, aquello que no explican ni las fotos.

 

Eso es viajar, eso es ser este tipo de viajero... creo yo.

 

Francisco Pinzón Bedoya ©

julio 5 de 2022

EL APRENDIZ DE BRUJO

 

Piazza Navonna
Rome

 



jueves, julio 07, 2022

Del soñar


 

 

 

 

DEL SOÑAR

 

Ese ruido me hace

ser el lado débil

(ser el todo insomne)

que arrulla mis párpados

y la sangre empieza a desviarse

con motivos pretextados

La inconsciencia

desmiembra la verdad

en sus componentes fatales

y le da vida

a los deseos profundos

a las consejas impensables

El mundo visto

no es más que otro de los reinos

en que Oniria

manda a que vivamos

... eso que no somos

... eso que no entendemos

pero que cae

en el fondo de esa sonrisa

que eleva dudas o alegrías

en pocos que la admiran

 

Francisco Pinzón Bedoya ©

2013

 

 


lunes, julio 04, 2022

Ars Poética 30


 

 

 

ARS POÉTICA 30

 

¿Escribir poesía es decir desde nuestra indagación? ¿Es ese cúmulo de frases que inventamos al ritmo no muy sosegado de una piel humedecida, una sangre acelerada que rueda por los intersticios de la vida, y una respiración ajetreada mientras llenamos cuartillas atropelladas con el mérito de no hacer juicios ni entablar posiciones al poemar? No lo sé. 

 

La explosión verborréica, si se quiere, da el fruto de donde brotará el poema o al menos la esencia de lo que el bardo anhela expresar, desea decir, necesita sacar.  Tal vez una ausencia o una indefinición, un vacío, una respuesta buscada no hallada pero sí imaginada.  Desertamos de seguir averiguando y nos lanzamos a un tobogán donde creemos que el escribir nos sanará, nos recompensará, nos dará paz o -al menos- alguna liviandad que se parezca a solución.  No es más la acción que en esos días atropella el sentir en ese sinestar de polilla en la mañana... leve escozor de mar inagotable. Decires desde una mano cómplice que plasma lo que el ser dicta, tal vez por sí mismo o porque siente la imperiosa necesidad de hacerlo.

 

Eso es la poesía, el desatar el mundo de voces que alegre o tristemente pueblan el alma, nos habitan, sin pedir más que ser a través de los poetas.  Hay un deseo mayor de que suene bello, de crear belleza en medio de ese erial en que se vive, si ello es posible, ha llegado el verso, el poema y el poeta, en ese orden. (1)

 

Francisco Pinzón Bedoya ©

2012

 

 

(1) “... lo importante es revelar belleza
y sólo se puede revelar la belleza que uno ha sentido”

Jorge Luis Borges

 

 



Trasiego (Nonatos)

      TRASIEGO (NONATOS)   Pasan sin dueño los deseos en un tiempo en que la desnudez se refleja mansa en el espejo de la noche que empieza ...