UNA HUIDA QUE NO SE DA
Ese
aire que se alborotaba a mi paso
con
su verde y su sinuoso andar
era
un foco incendio traficante de inventos
Y
mis densas manos eran incapaces
y
los afectos se caían de a miles
Y
me fui quedando desierto / desnudo
con
mis soledades sin texturas
con
mi piel en desbanda / en girones
y
mi dolor fue tan inmenso y lento
que
todo el tiempo no fue suficiente
para
salir corriendo
… para despertarme
Francisco
Pinzón Bedoya ®
Imagina
que llega la palabra y te ofrece tres deseos, ¿qué pedirías?
“Vivir
para y por la poesía en lo que me resta de vida, disfrutar de unas 100 personas
que en algún lado pierdan su cordura y puedan y quieran escuchar alguna vez
algunos de mis poemas, con la adición de conocer –desde mí- qué les dicen y
cómo pausan sus vidas por ese soplo cósmico instantáneo de dedicarme una hora
de su vida. Y... que mi obra llegue después de mi muerte al menos a un puñado
de seres que suspiren con alguno de mis versos.”
Tomado de
entrevista del semanario “La Voz Hispana de NY”
a Francisco
Pinzón Bedoya
el 28 de
junio de 2012
por cortesía
de la poeta Zenn Ramos
Nota: Las fotos
que ilustran este post fueron tomadas por el autor.