Termina otro año, otro calendario,
nuevas pasiones, nuevos desafíos, algunos nos ponemos nostálgicos, a otros nos
hacen falta la familia cercana que está lejos pero incrustada en el corazón,
otros nos embelesamos con el milagro de estar vivos, en fin... un 2023 que
acogimos llenos de optimismo y que en el camino se fue desarrollando más real.
Hoy recuerdo con cariño el poema N° 2
de mi libro, SENTIRES EN MÍ MENOR:
A
veces siento que escribo
pero
también, a veces, creo
que
sólo reordeno esos prejuicios,
como
decía sabiamente William James.
Somos
ese delator, punible quizás,
de
aquello que pensamos
y,
en mi caso, lo que nos atrevemos
bordando
letras sobre un cuenco
sobre
un delirio / sobre un sueño
o
sobre los renglones de un cuaderno
Francisco Pinzón Bedoya ©
Era una declaración de convicción
hacia lo que se venía gestando hace ya un rato, en 2017 y años anteriores. Gracias a quienes hicieron parte de este
proceso, a quienes con sus anotaciones me dieron guía, fuerza, impulso para
seguir. Esto de la autoedición sigue
siendo una apuesta para reivindicar nuestros anhelos, y no porque estemos
convencidos de tener una obra publicable, así lo han dicho los varios editores
a quienes acudí en el pasado, con calificativos como: “le falta calle”, “ese
tipo de poesía intimista no gusta”, “el yo repele”, pero este libro es un canto
a mis sentires, de todos los tipos, layas y colores. Tal vez si alguien lo llega a leer podrá
encontrar el hilo conductor de la historia que tiene en él, a ese yo imperfecto
y mustio, o alegre e irreverente, no sé si lograrán desentrañarlo.
Feliz año 2024 para quienes se
aventuren por este BLOG que ya llevo muchos años construyendo, que sea uno lleno de alegría y paz. Gracias a las
2000 personas semanales promedio que se asoman, muchas gracias de todo corazón.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Gracias por llegar hasta aquí y dejarme tu mensaje, es un lugar ínfimo en este universo.