Se ha ido otro Mario. Ese viejo que ha cantado a tantas cosas, que había desde hace ya algún tiempo versándonos de su muerte... se ha ido. Montevideanos, lloro desde el alma por su símbolo con todos mis gritos de asombro, y hasta con esa nostalgia de las películas en que nos disfrutamos a Benedetti y a Girondo (El lado oscuro del corazón, la I espectacular y la II, nostálgica y trágica). Me pregunto en este momento en que hago esta pequeña crónica de mí al lado de su voz que me inunda ya pasada de nostalgia desde el computador, ¿y ahora a quién voy a creer que le leo mis INVENTARIOS? ¿Ahora Marce y su especial forma de mostrarme la poesía, qué vas a hacer? La coraza de mi corazón está hoy en el suelo, y a pesar de que la escondo en el orgullo... “muero amor si no te miro, si no te miro”. “Tengo que amarte aunque esta herida duela como dos”
¿Es una época de muerte de poetas? No lo sé, toda la vida se han muerto los poetas, sólo que ahora amo su labor... entonces, Blanca Varela, Idea Villarino, Mario Rivero, etc. son llantos también recientes recientes. ¿Qué vendrá más allá de la soledad de la muerte? Tal vez un montón de melancolía sobre poemas que harán de ellos unos inmortales...
Todo es un paseo por este valle de llamas y postigos de tristeza, y nos vamos con su “Ella que pasa”, y esa mirada que le dio a la niña que pasaba, se desaparece ya avisándonos hace unas semanas que se iba. No he podido ser el defensor de su voz monocorde, a la izquierda del roble, de aquellos que he leído muchas veces y hasta han diatribado que Mario Bendetti no era un poeta. Lloro sin lágrimas pensando en que con sus 89 años estará llegando ante un señor que le pasará la mano y lo felicitará por ser lo que era. Dijo en muchas ocasiones sobre la muerte, y lo plasmó en poesía:
“CERO
Mi saldo disminuye cada día
qué digo cada día
cada minuto cada
bocanada de aire
muevo mis dedos como si pudieran
atrapar o atraparme
pero mi saldo disminuye
muevo mis ojos como si pudieran
entender o entenderme
pero mi saldo disminuye
muevo mis pies cual si pudieran
acarrear o acarrearme
pero mi saldo disminuye
mi saldo disminuye cada día
qué digo cada día
cada minuto cada
bocanada de aire
y todo porque ese
compinche de la muerte
el cero
está esperando
Mario Benedetti”
Esa cadena de oración sólo nos lo tuvo unas pocas semanas más, una que se elevó públicamente desde miércoles 29 de abril de 2009 una súplica “Mario Benedetti tuvo que ser ingresado desde la semana pasada en una clínica en Uruguay por una agudización del cuadro bronquial que viene presentando en los últimos meses. Hasta hoy no ha habido mejoría y sigue estando en delicado estado de salud.” y rezamos pero sólo hasta un 17 nos duró.
Tal vez como en el poema del Botánico, yo me quedo... oyéndolo y pongo este poema por testigo:
“Fuego mudo...
A veces el silencio
convoca algarabías
parodias de coraje
espejismos de duende
tangos a contrapelo
desconsoladas rabias
pregones de la muerte
sed y hambre de vos
pero otras veces es
solamente silencio
soledad como un roble
desierto sin oasis
nave desarbolada
tristeza que gotea
alrededor de escombros
fuego mudo
Mario Benedetti”
Yo no sé si llegar a la muerte era una utopía
“UTOPÍAS
Cómo voy a creer / dijo el fulano
que el mundo se quedó sin utopías
cómo voy a creer
que la esperanza es un olvido
o que el placer una tristeza
cómo voy a creer / dijo el fulano
que el universo es una ruina
aunque lo sea
o que la muerte es el silencio
aunque lo sea
cómo voy a creer
que el horizonte es la frontera
que el mar es nadie
que la noche es nada
cómo voy a creer / dijo el fulano
que tu cuerpo / mengana
no es algo más de lo que palpo
o que tu amor
ese remoto amor que me destinas
no es el desnudo de tus ojos
la parsimonia de tus manos
cómo voy a creer / mengana austral
que sos tan sólo lo que miro
acaricio o penetro
cómo voy a creer / dijo el fulano
que la útopia ya no existe
si vos / mengana dulce
osada / eterna
si vos / sos mi utopía
Mario Benedetti”
Mario, sólo sé que usted sabe... que desde este rincón poemario minúsculo, usted puede contar conmigo. ¡Mario, que en paz te encuentres! Has dejado esta comarca en paz... llena de ráfagas de amor con tus palabras...
Palabras, imágenes, colores, nostalgias, algunas melancolías y algunos escritos, tan personales como mis ojos, están a su disposición... y a la sonrisa de quien se quiera reír con ellos, al grito de quien los quiera comentar...
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PasatiempoCuando éramos niños
ResponderBorrarlos viejos tenían como treinta
un charco era un océano
la muerte lisa y llana
no existía.
Luego cuando muchachos
los viejos eran gente de cuarenta
un estanque un océano
la muerte solamente
una palabra.
Ya cuando nos casamos
los ancianos estaban en cincuenta
un lago era un océano
la muerte era la muerte
de los otros.
Ahora veteranos
ya le dimos alcance a la verdad
el océano es por fin el océano
pero la muerte empieza a ser
la nuestra.
Mario Benedetti
Athena: Ese poema me acompaña en muchos tiempos. Gracias por publicarlos aquí
ResponderBorrarUn abarzo con congoja pública de poeta
Francisco, todos los que amamos las letras de D. Mario estamos hoy de "capa caída", todos hemos dejado un poema, un relato, algo en nuestros pequeños espacios para un grande como él, para el "Maestro"; sabría reconocer un poema suyo sólo con escuchar el primer verso.
ResponderBorrarHa sido demasiado seguido, primero ella (Idea) y luego él (Mario) en menos de un mes...
Siempre estarán con nsostros.
"En primera instancia somos un desatino y en última instancia un disparate. No sé quuién se habrá ocupadode crearnos, tan indefewnsos, tan soberbios, tan inauditos, tan curiosos". Vivir Adrede. Mario Benedetti
se nos fue un grande
ResponderBorrarno existe letra que hoy no este llorando su partida.
saludos
y hasta muy pronto
Un minuto, una hora, todo un mundo de silencio por Mario, comparto una lagrima con todos.
ResponderBorrarHasta siempre Mario.