Tengo una pulsión insana porque quiero escribir sobre un tema que me ronda pero en este instante no puedo, sin embargo, viendo bien mi condición, lo que realmente pasa es que no debo. El poder y el deber, dicotomía espesa de abordar. Hay una urgencia ansiosa, mi humana debilidad, de dejar en letras trozos de mí que me hagan “creer o sentir” que trascendí esta vida que llevo ¿plana tal vez? Hay un suave recordar esos aumentos de adrenalina que invaden mi cuerpo cuando he logrado concretar en letras los decires comunes con mis palabras mayores, y así ser poeta y sentirme poeta. Hay un añorar los días de reciedumbre pero a la vez de alegrías infinitas, porque allí he sido capaz de parir el verso que se juntó en mis dedos y con los otros de sus amigos, reverdecer en una hoja y ser... poema, tal vez para unos ojos o para aquel que fui al lado de mi inconmensurable ego, lisonjas y quieros.
He recordado, en estos momentos, la luz que brotaba de la alegría del poeta ese día que le acompañé mientras hacía el lanzamiento de su último libro de poemas. He traído a mi memoria su mirada jugosa, los aplausos calurosos de unos pocos amigos que lo rodeamos en la concreción de su sueño, en el ambiente propicio, en el instante. Me ha acompañado la vibración de su voz única al leernos sus “hijos”. He sentido que algo como ese compartir de poemas, no sé si propios y ajenos, con condimentos distintos a los que tengo, me hace falta. Me pregunto y me respondo: ¿Es ese el contagio que quiero? ¿Es ese el latir que deseo? ¿Es esa la forma armoniosa de acercarme al verbo que espero? ¿Lograrlo? Fácil, difícil, qué sé yo, pero lo quiero.
Fernando Albán, en “Borges, la memoria y el tiempo”, dice de Kierkegaard: “Grávido de eternidad, el instante es el lugar de la paradoja, ámbito frente al cual la razón encuentra a su otro irreductible.”; y también dice de Borges: “...lo que Borges considera como el éxtasis del tiempo: eterno, móvil inmóvil, el día está expuesto a un permanente movimiento que no es progresivo sino circular.” ¿Será que es un círculo que se está abriendo para entrar yo, o que mientras lo pienso ya estoy ahí y sólo falta el momento? ¿Saberlo ver llegar, aprovecharlo? Tal vez es mejor seguir Borgeando en la lectura y como consecuencia, la escritura, porque según él dice: el pasado y el futuro son infinitos, y lo único que tenemos es la realidad presente del instante. Y entonces, será seguir con estos instantes, tener las expectativas abiertas y dispuestas para lo que ha de venir, mientras en el camino... y volver a escribir.
El colofón de esta divagación lo dijo ya –otra vez- Borges: “Como saben ustedes, me he atrevido a escribir; pero creo que lo que he leído es mucho más importante que lo que he escrito. Pues uno lee lo que quiere, pero no escribe lo que quisiera, sino lo que puede.” (Credo de poeta)
Francisco Pinzón Bedoya
junio 11 de 2009
Un poco de mí en mi biblioteca
escribí lo que te salga, a las letras no hay que retenerlas o racionarlas, hay que liberarlas!
ResponderBorrarlindo texto :)
Gracias por tu comentario
saludos
Pau
Francisco: Cuantos quisiéramos escribir como vos.
ResponderBorrarEs verdad que uno debe "jactarse de lo que lee, no de lo que escribe", el mismo Borges lo dijo, que fue amigo de la pluma.
No dejes de dibujar en papel " tus pulsaciones insanas".
Te espero en mi blog.
Como siempre un gusto leerte.
VB
Creo que debes seguir el ritmo de lo que te piden esas pulsiones insanas jaja!!
ResponderBorrarEres muy bueno escribiendo y te veo, dentro de poco recibiendo muchos aplausos presentando tus hijos literarios.
Un abrazo inmenso y lindo fin de semana.
Gizz
Qué maravilloso escribes, aún cuando no quieres hacerlo. Eres genial y ha sido un enorme placer leerte. Bravoo... no pasas sin dejar huellas.
ResponderBorrarSi el talento pudiera regalarse, te pediría aunque sea una limosna del que tienes.Un abrazo a la distancia.
Pues uno lee lo que quiere, pero no escribe lo que quisiera, sino lo que puede.” Y pienso que así es la vida de muchas, hacer lo que se puede.....
ResponderBorrarBorges un grande con sus respuestas....
ResponderBorrarEs tan cierto y simple que una se pregunta:
¿como no se me ocurrió?
Francisco escribes de maravilla,un aplauso desde
Argentina.Te saluda Liliana.