"La vida en su esplendor no se esconde..."
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REMINISCENCIAS
Noche,
la niña blanca en su espuma.
Atardecer,
telón de oro en el mar.
Brisa,
cambio de tercio en el aire.
Atisbo,
pasan raudas las horas.
Descanso,
mientras mi cuerpo se aleja.
A
solas, río y cuento pasos y susurros.
La
calma, rojo estruendo de sangre.
Pero
luego... soy más
y
llego a la memoria
desde
la noche
en
que ante un atardecer
mecido
por la brisa,
anclado
a las horas,
descanso
somnoliento
esta
dualidad en que vivo
...
mi propio temporal.
Francisco
Pinzón Bedoya ©