TODA TÚ
Tu voz resuena dentro,
se curva como un
siniestro,
llena todo como cuba de
vino,
arisca como lejana
cumbre de abril
Tus manos cual pájaros
aletean mi piel de
recuerdos,
mis presencias de
sueños y añoranzas
y se quedan pegadas de
los vidrios
en los afueras fríos
bajo algún aguacero
Tus pasos rápidos y
finos
van delante de mí / en
todos mis sueños,
y veo tu cintura
cimbreante
y tus posaderas plenas
de promesas
acometiendo la más
feroz de las batallas
una noche y otra noche
en que fueron las horas
atrevidas
los torvos testigos de
dos vidas sin pausas
Tus ojos llenan mis
espacios azules
y me auscultan para que
aparezca,
y ya no es la miel sino
fuego,
ése que se vierte en
mis insomnias
y en esas delirantes
frases que escribo
cuando tus ojos, no me
miran
Pero es esa esencia
indefinida,
aquella que rastrea mis
suspiros,
la única que funge de
festiva
en el castigo y en las
juergas
que me doy –a solas-
cuando tu voz, tu piel,
tus manos
y las miles de caricias
pasan canturreando por
mi lado
porque ya tus ojos...
ni me acogen
Francisco
Pinzón Bedoya ©
2011
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