ZEN-DERO
Duermes al cobijo
de una eternidad interrumpible
que te pertenece
No eres el accidente
de un ser en su periplo
sino un grito en la noche
que reclama su espacio
Una romería de voces tibias
te espera en bienvenida
en un aparente sinrazón
Y cambias y estás de frente
a la lluvia que da paz
y que parte en busca del canto
de colores que te invitan
Sé hoy tú...
al amparo de tus manos incipientes
en unos contornos que dibujas
y que pendulas para renovarte
Crea tu propio sol interminable
y deja atrás tus vacíos
tus pesados baúles de recuerdos
y en un brillo que te nombra...
abandónate a un dulce despertar
Francisco Pinzón Bedoya ©
2013
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