Mameca fue una mujer que sufría de soledad. Ésta ya se insinuaba desde su miedo, uno que nace no de un exterior hostil, sino de un interior vacío, uno que se fue haciendo en su alma, uno que estaba presente en el reconocimiento de su derrota existencial. "Tengo Miedo" y "Espejos y Retratos", y "estuvo lejos de ser esa fachada de volutas, meandros y arabescos para decorar el vacío", como lo dijo el crítico, político y escritor Alpher Rojas Carvajal el 17 de julio de 2003 desde Brasil
Juan José Borda la definió así "Se burlaba y compadecía a la vez de los héroes patrios y la cantidad de paja inútil en que los colombianos gastan sus días pero más al fondo había una dolorosa asunción de su condición femenina en una ciudad cruel, como Bogotá, donde prisionera de su destino, como en un poema de su leído Kavafis, se sabía sola e incapacitada para salir del espejo delante del cual envejecía. "Soy extranjera por estas calles íntimas".
Tal vez la negación de esa capacidad de transformar el sentir en letras desde el amor, es lo que genera la causticidad de algunos poetas, la irreverencia en otros y la indefinición del todo en varios.
Palabras, imágenes, colores, nostalgias, algunas melancolías y algunos escritos, tan personales como mis ojos, están a su disposición... y a la sonrisa de quien se quiera reír con ellos, al grito de quien los quiera comentar...
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
Plancha y tajadas (Una alusión musical para conocedores)
PLANCHA Y TAJADAS Juan Boliche y los americanos y mi viejo van paseándose por mi vereda de historias elocuentes de corcheas y fusas ...
-
Hoy quiero empezar el año real de este BLOG con una pregunta abierta y la respuesta que me he venido construyendo, tema que define este pos...
-
APARECEN DE PRONTO Las olas espumeantes de azul del mediodía Las ráfagas de viento entre las palmeras Los cantos mañaneros de las marialu...
un vacío desde el alma...
ResponderBorrarun vacío patente en la existencia...
un destino insufrible,
una mirada cruda,
una mujer de impenetrable diamante.
¿quién pudiera más que ella investirse de tal efigie?