Y LLEGÓ A MIS MANOS
Y llegó a mis manos un extraño poema que me gustó mucho. Una Mariposa Nocturna de Leida J. Santiago, quien generaba sus letras –en castellano- como islas de vocablos extraños pero sentidos desde su isla con mirada norte. Había sorpresa en mis ojos, había alegría de coincidencias en mis manos. No podía creer que aquello estuviera ocurriendo. Había cierto “deja vú” en ello. Casi creía que yo mismo había escrito esa mariposa nocturna, a pesar de los “errores” gramaticales que el texto me exhibía. Una de las personas cercanas a mí, quien a veces de primera mano lee mis poemas a medida que alocadamente y en condiciones extrañas van naciendo, sería mi solución: le solicité que leyera esa Mariposa. Sus ojos estaban con una luz extraña, tal vez interpretando yo que era la misma que le aparece cuando lee algún poema bello. Al llegar al final de la Mariposa, donde aparecía el nombre del autor, su semblante cambió y sólo acató a decir: “¡Creí todo el tiempo que era tuyo!” y añadió “¡Está hermoso! ¿Quién es ella?”, y yo le respondí con una mirada gozosa y de duda resuelta: “¡No lo sé, llegó a mis manos por casualidad!”. Agregué: “Quería probar si sólo a mí se me parecía a algo mío, tengo una enorme identificación con ese poema”.
Luego entonces, me dediqué a leer más sobre Leida. Que tenía sus letras salvajes supe. Que era portorriqueña, de Peñuelas. Que había estudiado para eso, para escribir, que lo había hecho por muchos años y que ante mis ojos estaba uno de sus triunfos. En su página web confiesa algunas de sus derivas para llegar a ser la creadora de esa Mariposa, y que ya es poeta después de intentar cine y periodismo. ¡Todo ello tras un poema! Todo ello tras una voz que me gustó, quizás porque esa mariposa me hubiera gustado escribirla a mí, repito. Sus metáforas hermosas, casi me hubiera gustado que fueran mías, que yo fuera capaz de llegar a creaciones similares. Ella las publicó primero y con ello, una parte muy profunda de mí se afianzó en la revelación de que las mías bien valía la pena publicarlas. Esa es mi ganancia, ese es mi triunfo y mi alegría de todo este encuentro con Leida y con los milagros y conjuros que logra la poesía a través de los tiempos y superando la física de la distancia. No quiero finalizar sin antes dejar constancia de que la lectura de lo que de ella encontré en la web, me causa una enorme admiración.
febrero 16 de 2009 – 8:10 p.m. Francisco Pinzón Bedoya
He aquí el culpable
MARIPOSA NOCTURNA
Mi ser y tu ser
no fue tejido de la misma forma
ni la misma fibra
Sin embargo,
estamos en un mismo espacio
tú en mi entorno
yo en el tuyo.
Juegas con mi ánimo
antes y después sin descanso.
Ya rendida, callada
en el último rincón de mi terraza
vuelas incansable,
obsesionada alada mariposa,
desvelada.
¿De qué está hecha tu alma?
Sé que tienes.
¿Será esa pequeña y débil luz
que apenas brilla en la penumbra?
¿De qué están hechas tus alas?
...tan finas, mina que precede a la seda.
No puedo precisar tu olor.
En este vuelo
entre la noche
la nada y la madrugada
solo se definen fantasmas
y algunos recuerdos.
He aquí una mirada a "la culpable"
Leida J. Santiago Rodríguez
Soy natural del pueblo de Peñuelas, Puerto Rico. Estudié literatura comparada e idiomas en la Universidad de Puerto Rico (UPR) en Río Piedras. Luego, en busca del movimiento y la imagen del séptimo arte, me fui a Nueva York. Allí estudié teoría y estética del cine en Hunter College; y de ahí me trasladé a Jersey City State College para hacer el programa completo en Media Studies. Volví con un diploma más solitaria que nunca, abandoné la producción de cine y aquí empezó otra vez la expresión cálida caribeña, cultural puertorriqueña. Ya no estaba sola y trabajé con una gente divina haciendo televisión desde fines de los 80 hasta el 95. En el 95 comienza un cambio rotundo, bajas en la familia, otras perspectivas, sacudidas, pérdidas, extravíos y soledades. El gran familión se reduce, quedamos unos pocos y machucados con las pérdidas. Poco a poco se va aclarando el mapa, se empieza a manifestar la luz, bien poco a poco. Y aquí estamos. Publiqué entrevistas realizadas a personas del calibre de la maestra pintora Marta Pérez Morales, a los trovadores Luz Celenia Tirado y Joaquín Mouliert, a la catedrática Mercedes López Baralt, al poeta Félix Franco Oppenheimer, a la escritora de cuentos para niños Isabel Freire de Matos, entre otros, durante el tiempo que colaboré con la Revista Cultura del Instituto de Cultura Puertorriqueña. Realicé entrevistas a la poeta Loreina Santos Silva y al maestro pintor Julio Rosado del Valle, aún sin publicar. Publiqué en el 1995 mi primer poemario Las cosas, premiado por el Instituto de Literatura Puertorriqueña. Tengo varios libros sin publicar, entre ellos de poesía Trial Relations, Exodos, Comunicaciones imaginarias, Parábolas de casa y del Sur, Transiciones y el libro de cuentos Piel de manzana. Los poemas que figuran aquí proceden de Trial Relations
email: leidasantiago@hotmail.com
P.D.: No conozco a Leida y sólo me llenó su poema, y todo lo que sobre ella y de ella hay aquí es tomado de Internet.
Hermoso poema.
ResponderBorrarNo conocía a la "culpable", pero será lindo leer más de ella.
Un abrazo
Gizz