Dijo Juan Gelman (poeta argentino) al recibir el Premio Cervantes, máximo galardón de las letras españolas, que:
“La lengua expande el lenguaje para hablar mejor consigo
misma.
Esas invenciones laten en las entrañas de la lengua y traen balbuceos y brisas de la infancia como memoria de la palabra que de afuera vino, tocó al infante en su cuna y le abrió una herida que nunca ha de cerrar. Esas palabras nuevas, ¿no son acaso una victoria contra los límites del lenguaje? ¿Acaso el aire no nos sigue hablando? ¿Y el mar, la lluvia, no tienen muchas voces? ¿Cuántas palabras aún desconocidas guardan en sus silencios? Hay millones de espacios sin nombrar y la poesía trabaja y nombra lo que no tiene nombre todavía.
Esto exige que el poeta despeje en sí caminos que no recorrió antes, que desbroce las malezas de su subjetividad, que no escuche el estrépito de la palabra impuesta, que explore los mil rostros que la vivencia abre en la imaginación, que encuentre la expresión que les dé rostro en la escritura. El internarse en sí mismo del poeta es un atrevimiento que lo expone a la intemperie. Aunque bien decía Rilke: “[...] lo que finalmente nos resguarda/ es nuestra desprotección”. Ese atrevimiento conduce al poeta a un más adentro de sí que lo trasciende como ser. Es un trascender hacia sí mismo que se dirige a la verdad del corazón y a la verdad del mundo. Marina Tsvetaeva, la gran poeta rusa aniquilada por el estalinismo, recordó alguna vez que el poeta no vive para escribir. Escribe para vivir.”
Me congracio con estas palabras y conceptos sobre poesía, y pongo mi interés en muchas de ellas, pero por no ser subjetivo dejo a ustedes más que su análisis... su disfrute.
En ese mío disfrute, transcribo correlaciones que me saltan al leer: dice de García Márquez William Ospina (“García Márquez y El Poder de la Poesía”) que “... era un novelista, y que eso significaba también un poeta, es decir, no alguien que simplemente escribe libros sino alguien que vive las palabras con tal intensidad, que se ve continuamente sorprendido por ellas.”
Tal vez, para cerrar, me viene a la mente esa frase de Cien años de Soledad “El mundo era tan reciente, que muchas cosas carecían de nombre, y para mencionarlas había que señalarlas con el dedo”
Fotos tomadas de la WEB
mmmm sólo para decirte que se te extraña.....
ResponderBorrarun beso salvaje
estas son las cosas que estan empezando a entrar en mi con gran pasón y amor hacia las letras.
ResponderBorrarBesos
las palabras sorprenden, sobre todo cuando en pleno juego de poesía se descubren sus movimientos secretos, como peones sobre tablero de múltiples significados... las palabras nacen cada día, se desarrollan en cada frase... ni siquiera mueren con el silencio
ResponderBorrarun abrazo
Lo que más me gustaría en este mundo es saber escribir bien, jamás hice un poema, no me siento capaz, me parece un don que no todo el mundo tiene.
ResponderBorrarMe gusta más escribir que hablar.
No creas que he olvidado tu Desafío, un día de estos me enfrentaré a él, tal vez mañana o pasado mañana.
Un abrazo.