DENTRO
Las calles olorosas
donde canta mi sangre
se parecen a mis arterias
que trepidan en su ritmo
no sé hasta cuando
Ya llevan algunas jornadas
y perviven con su furia
sin menoscabo de su existencia
Compañeras del alma tan cercanas
en un baile tamborileante
que apenas reconozco
Mi espejo me conmina
a hacerlo / a bendecirlas
Ya se aproxima la fecha
que hay en el aviso
del vencimiento sin atenuantes
Mientras tanto….
dejo rodar mi mano
y escribo / escribo
Francisco Pinzón Bedoya
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